La sola mención de la cannabis parece causar alteraciones en
la mentalidad de quienes pretenden debatir sobre su eventual legalización. El
script consiste en reconocer con inmensa honestidad que se debe debatir el tema
y después decir por qué se debe legalizar la marihuana o por qué no. Debatamos,
sí, aunque de antemano sabemos que la mota es cosa del demonio.
La siguiente es una lista de los argumentos de este debate
fumado:
1.
“La marihuana es nociva para la salud”. Pues sí.
Tan nociva como puede serlo el alcohol, el tabaco, el pan dulce o el queso de
puerco. No obstante, se trata de sustancias permitidas. Debatir esto es
totalmente inútil.
2.
“La marihuana tiene grandes propiedades curativas”. No más que el té de tila y mucho
menos que la morfina. Existen muchas sustancias en la farmacopea que tienen
mejores resultados que la mota y son perfectamente legales. El argumento de la
grifa medicinal es un mero pretexto.
3.
“La marihuana produce adicción psicológica”.
Hasta los videojuegos. La adicción es más una característica del consumidor que
del objeto del consumo. L a marihuana no produce adicción física, es lo
importante.
4.
“Los consumidores de marihuana terminan
consumiendo drogas más poderosas”. ¿Y dónde está lo raro? ¿Acaso creen que
alguien pasa de consumir pastillas de menta a metanfetaminas?
5.
“Permitir la legalización de la marihuana hará
que aumente el consumo”. Obvio. Mucha gente hoy no consume porque es ilegal.
Muchos consumirán por curiosidad, siendo legal. Pero no implica que se hagan
adictos. La mayoría de quienes hoy consumen licor no son alcohólicos. En la
época de la prohibición casi todos lo eran.
6.
“Legalizar la marihuana no es la solución mágica
contra el narcotráfico”. No. Legalizar la marihuana solo afectará al tráfico de
marihuana, diría Perogrullo. Un problema tan complejo no puede tener una
solución tan sencilla.
Curiosamente, la decisión no está
en la consulta popular o en las decisiones del gobierno federal. El primer país
que debe enfrentar el problema del tráfico de marihuana es el principal centro
del consumo. Si ello, este debate es sólo una mariguanada.
Fe de erratas a la Fe de ratas:
Uso indistintamente las palabras “mariguano” y “marihuano” entendiendo que en el habla popular
ambas se emplean, dependiendo del contexto: más popular y con una carga
despectiva la primera, no sólo para referirse a quien consume el enervante, sino
para quien dice disparates. Dixit.
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