¿Quiénes son los “bad hombres”?


Conocemos las palabras, tal como se dijeron. Las muchas filtraciones nos fueron dando una idea de la conversación telefónica entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto. Entendemos que estas versiones extraoficiales (que siempre contradijeron a las oficiales) no se filtraron por error. Los trascendidos obedecen a una estrategia comunicativa que evita las formas y los medios tradicionales. Pese al desmentido casi simultáneo de los gobiernos de México y EU, la huella de la Casa Blanca estaba en la filtración. La razón era obvia: exhibir la forma en que el tipo rudo maltrata, humilla y amedrenta a sus enemigos. Dar a conocer lo que en rigor nadie, más que ellos, debía conocer.

Lo que no sabemos es el tono. En unas versiones es agresivo y Peña Nieto no puede sino “balbucir”. En otros es “coloquial” o “ligero” y sólo propone ayudar a México enviando tropas para combatir a los “bad hombres”. En otra más, es un gracejo, un chiste infantil: "No estás haciendo suficiente para detenerlos. Creo que tus militares están asustados. Nuestros militares no lo están, así que podría enviártelos para atender ese asunto", ja, ja, ja, una broma de altura. ¿El tono de una ofensa la hace menos ofensiva? ¿Desde cuándo se llevan pesado?
Porque en el tono que sea, coloquial, agresivo, en broma o como un mero chascarrillo, decirle a un mandatario “no estás haciendo lo suficiente” es una humillación y una intromisión en asuntos que son competencia de otra soberanía. O quién sabe, tal vez el nuevo estilo de la diplomacia es meterse en asuntos ajenos y pisotear todas las formas, no digamos de la diplomacia, sino de la simple educación.
Por otra parte, y siguiendo en el ámbito de la amable hipocresía de los comunicados oficiales, supongamos que el gobierno mexicano dobla las manos por enésima vez ante las amenazas externas. ¿Cuáles son esos “bad hombres” a los que se refería Trump? Entendemos que sean quienes sean, el gobierno mexicano no hará lo suficiente para atraparlos. Esta es la lista de los probables:
Los narcos. Todo mundo creyó que ellos eran los “bad hombres”, pero no se les mencionó por su nombre. No falta quien los considera los Robin Hood mexicanos.
Los exgobernadores. Los mandatarios estatales empiezan a formar un tipo especial y dañino de delincuentes. Duarte y Yarrington son los actuales prófugos.
Los miembros del gabinete. Considerando los desaciertos que han generado que el actual gobierno sea un hazmerreír mundial, no están descartados.
Los diputados. Con salarios de locura, bonos desmesurados autoconcedidos, jornadas laborales insignificantes, son unos de los más probables.
Todos los mexicanos. Usted y yo. Los que dan mordida o compran fayuca, los que saquean supermercados para “protestar”. Todos.

La lista es de 125 millones, como puede verse. Pero seals y marines están dispuestos a ayudarnos. Estamos salvados.

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